ABC de la RSE

Reconstrucción Sostenible: El reto para las empresas en 2022

Después de un 2021 definido por algunos especialistas en la región como “el año cero de la reconstrucción sostenible”, la presente gestión está perfilada como un año de transformación donde se deberán acelerar los compromisos con el cumplimiento de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El papel de las empresas es muy importante dentro de este desafío, ya que deben asumir y materializar su liderazgo, a través de la aplicación de acciones que permitan aportar a la construcción de un futuro basado en valores como igualdad, justicia, resiliencia y sobre todo cuidado con nuestro medio ambiente.

En este sentido, la importancia de fortalecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde el rol del sector privado, de acuerdo a la Estrategia 2021-2023 de Pacto Global de la ONU, responde a la necesidad de “acelerar y escalar el impacto colectivo global de los negocios apoyándose en los Diez Principios para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Para lograrlo, Naciones Unidas plantea desafíos en siete áreas donde las empresas pueden impactar de manera sustancial: anticorrupción, cambio climático, derechos humanos, trabajo decente, igualdad de género, integración de los ODS y gobernanza transformacional.

El Pacto Global, ofrecerá a las empresas una nueva oferta de valor que les ayudará a conectar, aprender, liderar y comunicar, independientemente del lugar de origen o el tamaño de la organización, con el fin de impulsarlos a un progreso más rápido hacia la sostenibilidad corporativa.

La comunicación de los avances alcanzados, será otro espacio importante para visibilizar el aporte del sector privado empresarial frente a la Agenda 2030.  En este marco, con el fin de optimizar los informes de sostenibilidad para todas las empresas participantes en el Pacto Mundial y agregar valor a los mismos, se lanzará una plataforma mejorada de Comunicación de Progreso en 2023.

A nivel local, Pacto Global ha logrado consolidar siete mesas de trabajo con temáticas que son de importancia para avanzar en los ODS.

La Mesa de Género que está enfocada en trabajar temas de prevención de violencia contra las mujeres, empoderamiento y tecnología e innovación.

La Mesa de Medio Ambiente que se ha comprometido con un fuerte movimiento de sensibilización en temas de cambio climático, buen uso de agua y energía sostenible.

La Mesa de Niñez y Adolescencia, enfocada en trabajar proyectos relacionados a la prevención de violencia.

La Mesa de Ciudades Sostenibles que se encuentra finalizando su hoja de ruta con líneas estratégicas como economía circular, finanzas verdes, infraestructura sostenible y movilidad sostenible.

La Mesa de Finanzas Sostenibles que está avanzando en temas de capacitación para el sector financiero del país, analizando el estado del arte de las finanzas sostenibles en Bolivia y generando un plan estratégico comunicacional sobre la temática;

La Mesa Laboral que en este momento ha identificado tres espacios de trabajo, en temas de fomento al emprendedurismo, salud y seguridad ocupacional y monitoreo y;

Finalmente, la flamante Mesa de Gobernanza Transformacional que está compartiendo las mejores prácticas de compliance de empresas nacionales e internacionales con la finalidad de crear un clúster de transparencia e integridad en el país.

Cada Mesa está acompañada por diferentes agencias de Naciones Unidas y la cooperación internacional, poniendo en evidencia una vez más la importancia de la generación de alianzas para lograr impactos positivos y de gran escala.

Con todo el trabajo que se está desarrollando, las empresas reconocen cada vez más la importancia del propósito social como vía de innovación y crecimiento, y como diferenciador clave en sus industrias.

Estamos seguros que se seguirán sumando más empresas y organizaciones del sector privado a la mayor iniciativa global de sostenibilidad corporativa que está comprometida en trabajar por un mundo mejor.

Lucía F. Sossa Aranibar

DIRECTORA

Pacto Global Bolivia

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10 años: Más de 6 millones de realidades transformadas

Si algo vino a recordarnos el Covid-19 es que vivimos en un mundo donde la única certeza es que todo puede cambiar. Sin embargo, hay muchos cambios que son necesarios, cambios que amplían derechos y oportunidades, aquellos que implican romper paradigmas arraigados en los cimientos sobre los que se construyen las sociedades y las culturas.

Un claro ejemplo de ello es la equidad de género, un tema sobre el que aún queda mucho camino por recorrer, pero que avanza a paso firme en la agenda de gobiernos y organizaciones, sin miras de retroceder. 2020 y 2021 fueron años de incertidumbre y, en muchos casos, angustia. La pandemia por COVID-19 afectó el empleo de las mujeres en mayor medida que el de los hombres. La tasa de participación laboral de las mujeres experimentó un retroceso de 18 años debido a la crisis, al disminuir del 51,8% en 2019 al 47,7% en 2020, mientras que en el caso de los hombres pasó del 75,5% al 70,8% en el mismo período. Para este 2022, se estima que la tasa de participación de las mujeres se incremente hasta el 51,3%, cifra similar a la que se registró en 2018. Esto representa un retroceso de cuatro años, que deja todavía a una de cada dos mujeres en edad de trabajar fuera del mercado laboral.

En Coca-Cola hace más de una década detectamos un enorme desafío vinculado a la deuda histórica que como humanidad tenemos con las mujeres. Desde siempre entendimos que se trataba de una problemática compleja, porque los compromisos deben tender no solamente a “reparar” esta inequidad, sino a reconocer y potenciar la capacidad transformadora que las mujeres tenemos en la economía y en las comunidades de las que somos parte. Varios informes indican que las mujeres controlan dos tercios del gasto del planeta y que el PIB de América Latina crecería hasta en un 34% si las mujeres se insertaran de forma masiva al mundo laboral.

Siguiendo esta lógica, el empoderamiento de las mujeres no solo tiene un impacto positivo inmediato para ellas, sino que resultan beneficiadas la economía y la sociedad en conjunto. De esa premisa, precisamente, partió hace 10 años nuestra iniciativa global 5by20®. En cada país, nos asociamos con gobiernos, universidades y organizaciones sociales con el objetivo de acompañar a 5 millones de mujeres alrededor del mundo a desarrollar sus habilidades comerciales y superar las barreras que enfrentan a la hora de potenciar sus emprendimientos, a partir de actividades como la formación en gestión de negocios y redes de mentorías entre pares.

Hoy nos llena de orgullo poder decir que superamos nuestra meta, en Bolivia logramos empoderar a 5.500 mujeres a través del programa Gerente Pyme Mi Negocio y Gerente Pyme Mi Restaurante, curso virtual con una duración de dos meses que se realiza desde el 2016, enfocado en las áreas de Gerencia, Marketing y Finanzas. Las beneficiarias acceden al programa becadas por Fundación Coca-Cola de Bolivia para aprender, entre otras cosas, que son gerentes de sus propios negocios y que éstos no son sólo una pequeña tienda, sino que son sus empresas. Las mujeres también aprenden a promocionar sus establecimientos, a mantener controladas sus cuentas y a acceder a financiamiento para hacer crecer sus pequeñas empresas.

El programa “Semilla Capital ¡Para Crecer Juntos!” es otra iniciativa que surgió en alianza con diez empresas, con el objetivo de contribuir al impulso económico del segmento Pyme con un capital semilla para pensiones de comida y restaurantes, este programa otorgó una inyección de capital en la economía de 1.800 Pymes de todo el país. Entre los beneficios otorgados está la entrega de un stock de productos, capacitaciones y servicios para fortalecer la oferta comercial de las micro empresarias, además de acceso a créditos y financiamientos en condiciones favorables para invertir en sus emprendimientos.

Gracias a 5by20 hoy pueden contarse más de 6 millones de historias inspiradoras. Que existen más de 6 millones de realidades transformadoras y transformadas. En los países de la región hemos alcanzado a más de 443 mil emprendedoras. Se trata de mujeres que representan una maravillosa diversidad, son luchadoras, madres, líderes. Ellas, desde su rol como dueñas de pequeños negocios, productoras, agricultoras, recicladoras y artesanas, todas partes de nuestra cadena de valor, trabajan día a día por el bienestar de sus familias, negocios, y comunidades. También es motivo de orgullo el hecho de haber apostado a largo plazo, porque aprendimos que se necesita tiempo para desarrollar programas de empoderamiento a mayor escala y sostenibles en el tiempo.

Pero esto no termina aquí. Esto para nosotros es un llamado a continuar brindando apoyo a las mujeres del canal tradicional, tal como hemos hecho desde el comienzo de la pandemia, ya que es uno de los sectores más afectados por la crisis y son nuestros principales aliados, además del motor de millones de familias en la región. En este contexto adverso, creemos que el emprendimiento puede ser una apuesta económica ideal.

Mi invitación, es a que otras organizaciones y personas, mujeres y hombres; nos sumemos al esfuerzo de empoderar a la mujer latinoamericana, como la más importante de las tareas para la creación de valor y futuro próspero para nuestros países. Desde Coca-Cola, seguiremos llevando a la acción nuestro propósito de refrescar el mundo y marcar la diferencia.

 

Débora Mattos

Gerente General

Coca-Cola Bolivia, Chile y Paraguay

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El desarrollo se logra con transparencia y confianza

En Latinoamérica y en nuestro país, tenemos serios problemas por la corrupción, la extorsión, la falta de confianza, factores que están dañando a nuestra sociedad, a las instituciones públicas y privadas, generando un ambiente de desconfianza generalizado que también es el origen de otros problemas que nos afectan a todos los bolivianos.

La investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Confianza. La clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y El Caribe” publicada recientemente, señala que la falta de confianza es uno de los problemas menos abordado en Latinoamérica y el Caribe, aunque tiene consecuencias económicas y políticas como la distorsión en la toma de decisiones democráticas, el crecimiento de la informalidad y de los cuestionamientos de la población a los tributos y regulaciones.

La desconfianza también impide que los ciudadanos se unan para exigir mejores servicios públicos, infraestructura y para combatir la corrupción.

Los investigadores sostienen que en cualquier parte del mundo, la confianza puede convertirse en una receta para luchar contra el malestar político y económico. Para ello los gobiernos pueden promover la confianza ciudadana por ejemplo con la transformación digital de la administración pública, que se traducirá en transparencia y desburocratización. 

Se trata de crear un círculo virtuoso, tanto en el sector público como en el privado, reconstruir la confianza acelera el crecimiento, mejora la seguridad, reduce la desigualdad y garantiza un sólido Estado de derecho, aunque es evidente que si no arreglamos la política, tampoco la confianza.

Según datos de la Encuesta Integrada de Valores del BID, la confianza interpersonal es más baja en la región que en el resto del mundo, y la confianza en el gobierno también es mucho menor, por ello son esenciales las políticas públicas efectivas y el gasto público con transparencia y responsabilidad, dirigido a satisfacer necesidades reales.

Luchar contra la corrupción es tarea de todos, con medidas francas, valientes y conjuntas para lograr resultados. Estamos en ese camino con el apoyo de organismos como el Pacto Global, comprometiéndonos a promover y proponer cambios para combatir la corrupción en todas sus formas.

Cambiar es tan importante como urgente para superar la crisis y crecer, para recuperar las bases de una sociedad con cimientos sólidos y podemos comenzar con un gran paso: haciendo no solo lo que es legal, sino también lo que es correcto.

 

María Carolina Gutiérrez Brehmer

Presidente

Cámara de la Construcción de Santa Cruz

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EMPRENDIMIENTO EN BOLIVIA

Reinventarse o seguir dando vueltas alrededor de lo mismo

Si miramos al ecosistema emprendedor de nuestro país pareciera que estamos atrapados en el pasado, porque desde hace aproximadamente dos décadas se repiten algunas fórmulas para promover el emprendimiento que han sido muy ineficaces, estamos hablando de cursos, talleres, cátedras, incubadoras, bootcamps, hackatones, aceleradoras y un largo etcétera. Con todo el respeto que se merece el esfuerzo genuino y diligente de personas e instituciones que han intentado apoyar el desarrollo emprendedor (entre los que me encuentro personal e institucionalmente) los resultados han sido concluyentemente escasos.

Revisando algunos de los datos que provienen de las publicaciones sobre emprendimiento que existen en nuestro país, podemos percibir que hay poco cambio como resultado de tanto esfuerzo para promover el emprendimiento.

El país ocupa el tercer lugar en actividad emprendedora en América Latina, sin embargo, la esencia de los emprendimientos es la necesidad y subsistencia, es decir se hace forzado por las condiciones precarias de la economía familiar.

El 40% de la población de Bolivia tiene entre los 15 y 39 años, el nivel de desempleo entre los jóvenes es de 55%, superando ampliamente el nivel de los adultos, el alto índice de desempleo en los jóvenes empuja a muchos de ellos al emprendimiento de subsistencia, por ejemplo, vender bolígrafos en la calle.

Lo sorprendente es que a pesar de que los jóvenes tienen más y mejor acceso a la educación, eso no ha impactado positivamente en su empleabilidad y capacidad emprendedora, se evidencia una desconexión entre lo que se enseña en los colegios, institutos, universidades y programas del gobierno y lo que el mercado demanda, es decir estamos ante un dilema tipo círculo vicioso: el mercado no exige grandes especializaciones, pero al mismo tiempo, cuando éstas son requeridas son muy difíciles de encontrar.

Cuando los jóvenes se ven empujados a hacer algo por cuenta propia, los emprendimientos son generalmente de corto plazo, orientados al mercado interno, de autoempleo y muy precarios, la mayor parte de éstos se desarrolla en el sector de servicios al consumidor; el 41% lo hace en el comercio y el 15% en alojamientos y en restaurantes; la manufactura corresponde únicamente al 12% del total.

Durante las últimas dos décadas y de manera creciente varias organizaciones de la sociedad civil, de la academia, y del propio Estado, han dedicado esfuerzo, tiempo y dinero para promover el emprendimiento, la mayoría de ellas con mucha voluntad y entusiasmo, pero creo yo con escasos recursos y peores resultados.

 

¿Dónde está la falla?

Voy a arriesgarme a proponer algunas posibles causas del magro resultado de las organizaciones que promueven el desarrollo emprendedor en Bolivia:

  • Existen un número importante de instituciones, iniciativas y eventos dedicadas a sensibilizar, movilizar, y proveer capacitación básica a los emprendedores jóvenes; el número de organizaciones se reduce drásticamente si hablamos de organizaciones que trabajan en la fase de capacitación formal, incubación y aceleración, para finalmente llegar casi a cero organizaciones que provean de capital semilla, capital ángel, venture capital o capital de riesgo, financiamiento subordinado. Es decir, lo que se trabaja masivamente en Bolivia son las etapas primarias de sensibilización y motivación del emprendimiento.
  • Los esfuerzos de las organizaciones están enfocados en el rango etario de los 18 a los 25 años, cuando el perfil del fundador de emprendimientos dinámicos no es el de un joven en edad universitaria, ni siquiera el de una joven profesional, sino más bien el de una persona entre los 35 y 45 años que ha acumulado experiencia, capital y conexiones como para desarrollar empresas que pueden crecer y generar oportunidades de trabajo para otros.
  • Hay poco conocimiento, metodologías y organizaciones que promuevan el Emprendimiento en Economía Creativa o industria creativa, que es el sector de la economía que involucra la generación de ideas y conocimiento. El concepto abarca esencialmente la industria cultural (arte, entretenimiento, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía) y la economía del conocimiento (educación, investigación y desarrollo, tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria aeroespacial), esos emprendimientos pueden generar mucho valor agregado en economías pequeñas como la nuestra..
  • Los mercados son muy dinámicos, hablar hoy del mercado o su tendencia, no es lo mismo que décadas pasadas, esto debido a no solo la curva de la demanda y la oferta, a la misma, se incorporan otros atributos más allá del producto, como ser el proceso, la innovación, la vinculación con su entorno de producción, el cliente interno y el externo, entre otros, en tal sentido, nuestros emprendimientos parecen encerrados en una burbuja que no se conecta con las necesidades del mercado y sobre todo de los grandes clientes que son las empresas.

¿Qué Hacer?

Algunos factores son más simples, como ser: redirigir los esfuerzos a apoyar emprendedores del rango 35 a 45 años, promover la integración con el mercado y con las necesidades de empresas más grandes, privilegiar los emprendimientos en la industria creativa y en emprendimientos dinámicos, sin embargo, existe un factor que es determinante para el desarrollo emprendedor y ese tiene que ver con el financiamiento, mientras no se creen mecanismos de financiamiento como los Fondos Mutuos para el Emprendimiento, será muy difícil que existan importantes incrementos en la creación de emprendimientos dinámicos y de alto valor.

En esta tarea es fundamental la participación del Estado, por un lado, promoviendo las condiciones favorables necesarias, pero también interactuando con el sector privado, proveyendo acceso a recursos, como los que se generan año a año a través de los recursos que se exige a los bancos para la Función Social y que hoy al destinarse mayoritariamente al tema vivienda tienen limitado impacto en la generación de empleo digno, sostenible y de alto valor.

 

Álvaro Bazán Auza

Director Ejecutivo Fundación Emprender

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Un desafío Verde

A medida que las nuevas generaciones de consumidores son más comprometidas y preocupadas por el impacto ambiental de los productos que compran, muchas empresas están avanzando hacia una transición que genera mayor sostenibilidad ambiental.

Este año es decisivo para enfrentar la emergencia climática, debido a que las acciones tomadas por las empresas en conjunto tienen el poder delimitar el calentamiento global a 1,5 ° C. En este sentido, Pacto Global de Naciones Unidas ha desarrollado una nueva herramienta que acelera esta ambición climática empresarial y permite que más empresas se unan a la transición de un futuro cero neto y comiencen a establecer una ciencia ambiciosa y creíble, basados en objetivos claros.

En este marco, muchos líderes empresariales de todo el mundo están desarrollando prácticas y medidas climáticas con la finalidad de promover economías y resultados sólidos. Estas medidas climáticas son la mejor manera de construir personas, comunidades, empresas y economías más saludables y prósperas.

Pacto Global de Naciones Unidas pone a disposición de sus miembros el Acelerador de Ambición Climática, un programa acelerador seis meses de duración, diseñado para equipar a las empresas con el conocimiento y las habilidades que necesitan para acelerar el progreso hacia el establecimiento de objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia y alineados con el camino de 1,5 °C, poniéndolos en un camino hacia las emisiones netas cero para el año 2050.

El objetivo de este programa es el de ampliar la acción climática en empresas de todos los tamaños, sectores y regiones, permitiéndoles cumplir con compromisos significativos para reducir las emisiones a escala. El Acelerador de Ambición Climática se basa en el trabajo del Pacto Global de las Naciones Unidas para desarrollar y promover la iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia, la campaña Ambición Empresarial para 1,5 °C y la Plataforma de Acción del Pacto Global de las Naciones Unidas sobre ambición climática, y contribuirá a iniciativas como la campaña Carrera a Cero.

La iniciativa contará con diversas sesiones de desarrollo de capacidades, acceso a las mejores prácticas, oportunidad de aprendizaje entre pares y mesas de diálogo y eventos para ayudar a las empresas a establecer objetivos ambiciosos basados en la ciencia y tomar medidas empresariales para lograr un futuro de 1,5°C.

Durante el desarrollo de todo el programa, el Pacto Global cuenta con el soporte a nivel global de partners como Science Based Target y World Resources Institute que colaborarán con el Pacto Global de Naciones Unidas Bolivia y las empresas adheridas a la iniciativa desde el nivel local.

 

Lucía F. Sossa Aranibar

COORDINADORA

Pacto Global Bolivia

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Como las empresas pueden acercarse a los ODS: El llamado a la acción de Sanda Ojiambo

La renovación de celebraciones presenciales de eventos globales, ha tomado presencia este primer trimestre de 2022. Con un fuerte enfoque en la sostenibilidad, la agenda 2030 y los objetivos globales, EXPO Dubai 2020 que se llevará a cabo hasta el próximo 31 de marzo y el foro GreenBiz 22 realizado los pasados 15, 16 y 17 de febrero.

Esta nueva apertura ha traído como oportunidad el encuentro de líderes globales y al mismo tiempo visibilizar más aun los desafíos actuales a los que nos enfrentamos como humanidad en esta reactivación y reapertura post Covid-19. Como lo resalta la CEO y Directora Ejecutiva del Pacto Global de Naciones Unidas Sanda Ojiambo:

“Estamos en un punto de inflexión profundo, la pandemia nos hizo retroceder de muchas maneras en términos de progreso en los objetivos de desarrollo sostenible”- Sanda Ojiambo

Muchas de las soluciones para las crisis globales ya existen actualmente, a través del avance en la tecnología y la constante innovación, movernos más allá de políticas y compromisos hacia acciones reales, es el camino para alcanzar los ODS. Pero, ¿Cómo las empresas pueden contribuir actualmente a alcanzar estos objetivos? Sanda Ojiambo en su más reciente llamada a la acción propone que se necesita para alcanzarlos.

 

I. Una sólida estructura de reporte:

"¿Para qué estamos reportando? ¿estamos reportando por informar o porque creemos firmemente que es importante establecer un punto de referencia y trabajar hacia la mejora continua y ser transparente con nuestros reportes?" – Sanda Ojiambo

Sanda propone el punto de partida para las empresas. La inclusión de como las empresas abordan la sostenibilidad ha ganado terreno esta última década, volviéndose cada vez más relevante y de carácter global, siendo en muchos casos la adopción y alineamiento a estándares de reportes globales como el Global Reporting Inniniative (GRI) requisitos para hacer negocios en muchas partes del globo. Teniendo esto en cuenta, la aceptación de reportar como una práctica empresarial estándar puede verse acelerada no solo por grandes corporaciones multinacionales, pero por PYME´s comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que en muchas ocasiones están liderando el cambio.

 

II. Mirar a través de su cadena de suministro

La pandemia nos permitió observar la situación vulnerable en la que se encuentra actualmente nuestra cadena de suministro y potenciales impactos negativos que pueden generarse. Siendo los cimientos para las sostenibilidad en las empresas, los negocios necesitan abordar los riesgos e impactos en los que pueden verse involucrados a través de todo su espectro. Ojiambo comenta:

"Las empresas deben tener en cuenta todo su ecosistema: observar quiénes son sus grupos de interés y el impacto de la empresa en su conjunto" – Sanda Ojiambo

 Involucrar los procesos y compromisos de las empresas más en los grupos de interés como compradores y proveedores es clave para asegurar un progreso solido real.

 

III. Lograr que las PYME´s se unan

El éxito en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la agenda 2030 se pueden ver comprometidos si las PYME´s no son incluidas, Ojiambo nota que:

“Los desafíos se ven diferente alrededor del mundo” – Sanda Ojiambo

Teniendo en cuenta que para países en desarrollo las PYME´s conforman el grueso del universo empresarial, en el caso de Bolivia según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural estas representan aproximadamente un 90% de este, reflejando la importancia de traer a bordo a estas.

 

IV. Hacer que las empresas rindan cuentas

Mientras más nos acercamos al 2030, la importancia de negocios responsables y que rindan cuentas se vuelve más una necesidad de negocio que un desafío, Ojiambo nota que:

"Todo nuestro futuro depende de tener un medio ambiente en armonía con la manera que producimos y consumimos” – Sanda Ojiambo

Si no hacemos frente ahora a los desafíos del presente, corremos el riesgo de navegar en un futuro muy distinto al que imaginamos y planeamos, aquí el liderazgo empresarial es clave para promover negocios más responsables, resilientes y prósperos.

 

 

Sebastián Paz Saftich

Marketing y Comunicación

Pacto Global Bolivia

ABC de la RSE

El corazón de la Responsabilidad Social

En el artículo anterior: “RSE Y SOSTENIBILIDAD VS. RSE O SOSTENIBILIDAD” hicimos una diferenciación conceptual, necesaria, para abordar diversos temas en nuestra habitual columna.

Hoy hablaremos acerca del corazón de la Responsabilidad Social (RS). Ante esto, es también necesario establecer que los responsables o irresponsables son los humanos y no las empresas. Somos los humanos quienes tomamos buenas o malas decisiones para el negocio, quienes le damos esa potente fuerza que hace mover a las organizaciones. Sin los humanos no existen las empresas.

En ese sentido, dado que la RS es en esencia humana por los sentimientos de compasión, empatía activismo y la igualdad de oportunidades para todos, queda claro que ya no se trata de abordar a la Responsabilidad Social desde las Empresas sino de una Responsabilidad Social de las Personas. Y si es ese el verdadero espíritu, el mecanismo para empatizar con otros es el Voluntariado. Los negocios, por muy grandes o pequeños que sean, no deben perder ese foco: Las personas.

En Bolivia existe una Ley de promoción del Voluntariado desde 2005 pero no fue sino hasta la pasada década que pasó a cobrar fuerza y convertirse en un tema estratégico en aquellas organizaciones en las que se decidió implementar acciones e iniciativas serias de RS.

El voluntariado brinda verdadero rostro humano, deja de lado los logos, las marcas e intangibles, para materializar el gesto humano de la solidaridad. Entre sus ventajas podemos encontrar:

  • Sentido de pertenencia de los colaboradores con la empresa
  • Reducción de las desigualdades sociales
  • Horizontalidad en la organización, dado que los máximos ejecutivos voluntarios pasan a ser parte del resto de los colaboradores, sin distinción, bajo una misma causa
  • Empatía con la problemática social o ambiental que atraviesan las comunidades
  • Conocimiento de la realidad social

Algunos pasos iniciales para implementar el voluntariado dentro de una organización:

Aprobar una Política de Voluntariado

Dotar de presupuesto anual para acciones de voluntariado

Definir los derechos y obligaciones de los voluntarios

Establecer jornadas de voluntariado en horarios de trabajo y no en tiempo de familia de los colaboradores.

Implementar incentivos y reconocimientos a los mejores voluntarios

Llevar un registro de las horas de voluntariado

Fuente: Elaboración propia

Considerando que la sociedad se vuelve cada vez más apática e indiferente con lo que nos ocurre, el voluntariado permite encontrarnos, comunicarnos, conocernos, entendernos y finalmente apoyarnos unos a otros.

Cierro este artículo con cita de Paulo Freire: “La solidaridad que necesitamos para construir una sociedad menos fea y menos agresiva en la cual podemos ser más nosotros mismos, tiene una práctica de real importancia en la formación democrática”.

 

Javier Espada Valenzuela

MÁSTER EN SOSTENIBILIDAD

ABC de la RSE

La industria de microfinanzas boliviana, BancoSol un ejemplo de finanzas inclusivas y sostenibles

Las Microfinanzas tienen un fuerte compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por Naciones Unidas y que en Bolivia son impulsados por Pacto Global. BancoSol fue pionera en conformar la Mesa de Finanzas Sostenibles para impulsar este horizonte de sentido.

Las finanzas sostenibles son aquellas que adoptan un criterio ético e incluyen factores sociales, género y medioambientales en las decisiones de inversión a largo plazo. Esta nueva forma de enfocar las finanzas supone un cambio de cultura para el mundo financiero que, poco a poco, se está adaptando para satisfacer las demandas de un público cada vez más comprometido.

Las instituciones de microfinanzas impulsan, en general, este tipo de iniciativas que pretenden generar una plataforma entre todas las entidades del sector financiero boliviano, que unan esfuerzos para promover iniciativas y estrategias en la perspectiva de contribuir a la construcción de una economía sostenible, solidaria e inclusiva.

Para instituciones como BancoSol, por ejemplo, la inclusión financiera es una premisa que busca atender las necesidades de aquellos sectores tradicionalmente excluidos, y así contribuir a algunos de los objetivos de desarrollo sostenible, como son: #1 Fin a la pobreza, #8 Crecimiento económico y #10 Reducción de las desigualdades.

Trabajar con la mirada puesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha llevado, a instituciones como BancoSol, a lograr una meta muy relevante: Obtención de la Certificación de Protección al Cliente, en nivel ORO, que otorga la calificadora MicroFinanza Rating (MFR). BancoSol es la primera entidad financiera en el subcontinente en lograr este nivel de certificación.

MFR es una calificadora internacional especializada en finanzas inclusivas y sostenibles, que evalúa los cambios y desarrollos que las entidades de microfinanzas realizan en áreas como la de Negocios, Talento Humano, Auditoría, Riesgos y otros que administran documentos tan importantes como la Política de Créditos, la Normativa de MicroSeguros y Código de Conducta, entre otros. Para BancoSol, como ejemplo de trabajo constante en estos espacios, fue la base de obtención de una calificación del 96,2% y ser acreedora de la Certificación en el nivel ORO, que equivale a una calificación A+.

Hoy que la industria de microfinanzas en general se prepara para encarar el futuro desde una nueva perspectiva, BancoSol reafirma su compromiso por beneficiar a los sectores más vulnerables de la sociedad boliviana, con servicios financieros de calidad, modernos, centrados en los clientes y sobre todo comprometidos con la inclusión financiera y digital de la población.

Para la industria de microfinanzas boliviana, debe ser un orgullo que entidades como BancoSol obtenga una certificación internacional de tan alto nivel que mide las acciones que tiene el Banco, enfocadas en beneficiar a sus clientes y trabajar por una banca sostenible e inclusiva.

 

Marcelo Escóbar

GERENTE GENERAL

BancoSol S.A.

 

ABC de la RSE

HACIA LAS FINANZAS SOSTENIBLES

Pacto Global de Naciones Unidas con el apoyo de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia viene trabajando desde el año 2015 por la Agenda de Desarrollo Sostenible en el país.

Esta iniciativa está sustentada por las naciones unidas y comprende la implementación de diez principios mundiales relacionados medio ambiente, derechos humanos, estándares laborales y anticorrupción así como la promoción de los objetivos de desarrollo sostenible. gracias a ello, pacto global, tiene una posición única para fomentar esta colaboración con el sector privado y alcanzar e incrementar las soluciones que hagan frente a los retos globales.

Al involucrar a miles de empresas de diversos tamaños y sectores de todo el mundo, estamos trabajando para impulsar un movimiento verdaderamente global de empresas responsables que integran la sostenibilidad en sus estrategias y operaciones principales tanto para el beneficio de la sociedad como para el suyo.

Debido a que la sostenibilidad se está convirtiendo en una parte fundamental de la estrategia corporativa, los líderes empresariales también están considerando la necesidad de alinear las finanzas y las inversiones corporativas con el desarrollo sostenible.

Cuando hablamos de cambio climático vinculado a las finanzas sostenibles, estamos hablando de la búsqueda de soluciones al agotamiento de recursos, problemáticas como los residuos, la contaminación, la deforestación, la gestión del agua, la eficiencia energética y renovable, entre otros temas de gran importancia para todos como humanidad.

Una inversión sostenible y responsable (ISR), busca generar avances a través de la creación de estrategias, este concepto es sumamente importante en el ámbito de las finanzas sostenibles ya que además de trabajar en criterios estrictamente económicos como ser riesgo, rentabilidad y liquidez, considera como una prioridad los criterios ambientales, sociales y de gobernanza.

La inclusión de estos criterios en el estudio, análisis y toma de decisiones de inversión puede ser una de las mayores contribuciones a la Agenda 2030.

El cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible marcados en la agenda 2030 supone la movilización de grandes recursos financieros. Para lograr esto se requiere de la colaboración de las finanzas privadas y esto supone la reorientación de los servicios financieros hacia un tipo de finanzas más sostenibles.

Las finanzas sostenibles suponen una transformación profunda del sistema financiero como lo conocemos hasta ahora.

Entendiendo la vital importancia de tomar acciones y realizar cambios optimizando el tiempo y los esfuerzos, tomando en cuenta que estamos en la década de la acción, esperamos continuar en el constante compromiso de generar espacios como estos para conocer, informarnos e intervenir en relación a esta temática.

Es en este marco, hemos consolidado la Mesa de Finanzas Sostenibles en Bolivia con PNUD y ASOBAN como nuestros aliados estratégicos desde el año 2019, empezando a crear espacios de diálogo sobre esta importante temática y sumando a más actores del sector a que nos apoyen y participen activamente, tal es el caso que actualmente contamos con más de 15 miembros de los diferentes sectores financieros que nos apoyan y trabajan con nosotros. Además hemos logrado consolidar una hoja de ruta que responde a las visiones y enfoque de trabajo de estos sectores, para que de manera estratégica podamos seguir impulsando este importante desafío en el país.

 

Lucía F. Sossa Aranibar

Coordinadora

Pacto Global Bolivia

 

RSE Y SOSTENIBILIDAD VS. RSE O SOSTENIBILIDAD SEPAREMOS MARES CONCEPTUALES

Si bien el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es nuevo y fue evolucionando a partir de la década de los 60s desde una mirada de la ética en los negocios, es también cierto que a lo largo de este crecimiento conceptual se aglutinaron otros conceptos como equidad de género, medio ambiente, inclusión laboral y Desarrollo Sostenible. Sin embargo, gracias a las dinámicas históricas estos conceptos han adoptado vida propia y RSE se ha visto rebasado como concepto único.

El Desarrollo Sostenible, concepto que tuvo origen en la década de los 90s gracias al Informe Brundtland, también ha mutado, convirtiéndose en algo mucho más grande y desafiante,  enfocado en la complejidad de problemas sociales y ambientales que aquejan a la humanidad y al Planeta desde la Revolución Industrial y escapando de la mirada única y específica de las empresas. Así, la Sostenibilidad adquiere una visión más amplia, unificadora de esfuerzos entre los países y de largo plazo.

Esta división conceptual, aunque necesaria, todavía diverge en el mundo académico y empresarial, ya que tomó mucho tiempo posicionar el concepto de RSE y mucho más, implementarlo a cabalidad. Aunque en algunas especializaciones y normativas de RSE se manejan ambos conceptos como sinónimos, es momento decir que no lo son.

A continuación, sus diferencias:

SOSTENIBILIDAD RSE
Concepto macro (Paraguas) Concepto específico de las empresas
Meta y horizonte al cual llegar Medio por el cual se llega a la meta
Carácter estratégico Carácter operativo
Se desarrolla a través de una estrategia de Sostenibilidad Se desarrollad a través de un Plan de RSE
Enfocado en la generación de valor Enfocado en las buenas prácticas y en la corrección de impactos negativos de las operaciones
Busca resolver problemas globales Busca resolver problemas locales
Visión más amplia y compleja de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) Carácter específico de implementación de iniciativas de la ISO 26000 (RSE)

 

Por supuesto que ambos conceptos son complementarios y se nutren uno del otro, la Sostenibilidad termina marcando el “QUÉ” y la RSE el “CÓMO”.

Ya sea que nuestra organización aún se encuentre definiendo sus programas de RSE o, dando el salto hacia un enfoque de sostenibilidad, fenómenos como el cambio climático, el calentamiento global, las enormes desigualdades, la pobreza, sobreexplotación de los recursos naturales y la pandemia que el mundo enfrenta hoy, han acelerado considerablemente acciones para evitar el desgaste de nuestro planeta. Tomar acción para corregir lo que estamos haciendo es cada vez más urgente. Cierro este primer artículo con la frase de Yogi Berra: “El futuro ya no es lo que era”.

 

Javier Espada Valenzuela es Máster en Sostenibilidad

MÁSTER EN SOSTENIBILIDAD

La Trascendencia de las Finanzas Sostenibles para la Agenda

La reconocida profesora Rebecca Henderson de la Universidad de Harvard establecía en su visionario libro “Reimagining Capitalism in a World on Fire” (2020) que aquel empresario que se enfoca exclusivamente en la maximización del valor para el accionista podría no solo contribuir negativamente al bienestar de su entorno y el planeta, sino también poner en riesgo la salud misma de la empresa.

Y esto es particularmente cierto en la coyuntura actual para la región. De acuerdo con datos estadísticos de Naciones Unidas, se evidencia un estancamiento en el cumplimiento de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Latinoamérica y el Caribe. Lamentablemente, el ritmo del progreso en cada uno de los ODS no ha sido el esperado con la mirada puesta en el 2030. Peor aún, según la información recogida por la institución, hay países, como Belice, Venezuela, Haití, Costa Rica y Panamá, que evidencian un retroceso en, al menos, tres de los 17 ODS. Entre los objetivos en peor situación se encuentran el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), con un rezago crítico en 17 de los 24 países; y el ODS 16 (Paz e Instituciones Sólidas), con elevada probabilidad de no lograrse dicho objetivo en 18 de ellos. Junto con el problema del hambre en la región, la falta de infraestructura y la corrupción pública, prolongan una problemática social y económica que repercute en la calidad de vida de sus habitantes.

Es inobjetable el rol de gobiernos nacionales y subnacionales en la mitigación de factores que inciden en el lento avance, o hasta retroceso, de los ODS. Con el mismo convencimiento, el sector privado tiene un papel protagónico que aún no lo asume a plenitud, quizá como consecuencia de los aún insuficientes esfuerzos de sensibilización por parte de las instituciones comprometidas con la sostenibilidad, lo que redunda en la poca o nula conciencia que permita ver al empresario/emprendedor que la propia sostenibilidad de su negocio, eventualmente, se encuentra en juego.

Aquí es donde entra en juego el efecto multiplicativo y escala que se puede alcanzar a través del sector financiero. Las instituciones financieras deben atender el llamado a la acción a través de iniciativas generadas por organismos como Pacto Global, los Principios de Inversión Responsable (UN PRI), UNEP FI, y tantos otros actores que entienden la trascendencia de las finanzas sostenibles en el mundo.

El ámbito de las finanzas sostenibles permite a sus actores fundamentales – el sector financiero – a entender la doble materialidad resaltada por SASB (Sustainability Accounting Standards Board), misma que se genera, por un lado, en la empresa que identifica y evalúa factores materiales, sociales y ambientales, que influyen en su rentabilidad y el valor de ésta. Y, en sentido contrario, la empresa también identifica y evalúa los impactos que sus decisiones de negocio en la economía, la sociedad y el medio ambiente. Corresponde entonces que, a través de los instrumentos financieros que incorporan el concepto de sostenibilidad, las instituciones financieras promuevan esta imperiosa necesidad que el sector privado actúe, que tome decisiones en su giro de negocio, no sólo pensando en los resultados financieros inmediatos, sino también considere los efectos futuros, en el largo plazo, en los grupos de interés alrededor suyo, pues su propia sostenibilidad dependerá de la sostenibilidad del entorno.

Quizá si las finanzas sostenibles se concentran en este propósito, empezaremos a ver una reversión de la tendencia negativa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto el ODS 9.

 

J. Bismarck Pinto Mollinedo

GERENTE DE INVERSIONES BURSÁTILES

Capital SAFI S.A.

 

Un desafío verde

A medida que las nuevas generaciones de consumidores son más comprometidas y preocupadas por el impacto ambiental de los productos que compran, muchas empresas están avanzando hacia una transición que genera mayor sostenibilidad ambiental.

Este año es decisivo para enfrentar la emergencia climática, debido a que las acciones tomadas por las empresas en conjunto tienen el poder de limitar el calentamiento global a 1,5 ° C. En este sentido, Pacto Global de Naciones Unidas a desarrollado una nueva herramienta que acelera esta ambición climática empresarial y permite que más empresas se unan a la transición de un futuro cero neto y comiencen a establecer una ciencia ambiciosa y creíble, basados en objetivos claros.

En este marco, muchos líderes empresariales de todo el mundo están desarrollando prácticas y medidas climáticas con la finalidad de promover economías y resultados sólidos. Estas medidas climáticas son la mejor manera de construir personas, comunidades, empresas y economías más saludables y prósperas. 

Pacto Global de Naciones Unidas pone a disposición de sus miembros el Acelerador de Ambición Climática, un programa acelerador de seis meses de duración, diseñado para equipar a las empresas con el conocimiento y las habilidades que necesitan para acelerar el progreso hacia el establecimiento de objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia y alineados con el camino de 1,5 °C, poniéndolos en un camino hacia las emisiones netas cero para el año 2050.

El objetivo de este programa es el de ampliar la acción climática en empresas de todos los tamaños, sectores y regiones, permitiéndoles cumplir con compromisos significativos para reducir las emisiones a escala. El Acelerador de Ambición Climática se basa en el trabajo del Pacto Global de las Naciones Unidas para desarrollar y promover la iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia, la campaña Ambición Empresarial para 1,5 °C y la Plataforma de Acción del Pacto Global de las Naciones Unidas sobre ambición climática, y contribuirá a iniciativas como la campaña Carrera a Cero.

La iniciativa contará con diversas sesiones de desarrollo de capacidades, acceso a las mejores prácticas, oportunidad de aprendizaje entre pares y mesas de diálogo y eventos para ayudar a las empresas a establecer objetivos ambiciosos basados en la ciencia y tomar medidas empresariales para lograr un futuro de 1,5°C.

Durante el desarrollo de todo el programa, el Pacto Global cuenta con el soporte a nivel global de partners como Science Based Target y World Resources Institute que colaborarán con el Pacto Global de Naciones Unidas Bolivia y las empresas adheridas a la iniciativa desde el nivel local.

 

Lucía F. Sossa Aranibar                                                                        

COORDINADORA

Pacto Global Bolivia

 

119PortaditaDiciembre

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