La Equidad de Género en los Negocios
Poco a poco las mujeres se están convirtiendo en protagonistas del mercado laboral en muchas regiones del mundo. De acuerdo a varios estudios, en América Latina el 45% de las personas son mujeres en la fuerza formal de trabajo. Sin embargo, aún persisten algunos sesgos en función del género.
El entorno del mercado laboral para las mujeres muestra grandes diferencias entre regiones como la Unión Europea, Estados Unidos y Australia, en comparación a Latinoamérica, que todavía presenta muchos desafíos.
En países desarrollados, existen factores que han creado contextos positivos para una promoción de las prácticas de equidad de género en el ámbito laboral, como ser la decreciente oferta de mano de obra, la creciente demanda de una fuerza de trabajo instruida y las iniciativas de igualdad de oportunidades.
En el caso de América Latina las mujeres aún enfrentan muchos desafíos cuando se trata de la equidad en el ámbito de trabajo. Casi el 50% de las mujeres que trabajan están empleadas en el sector informal, en donde las condiciones de trabajo son precarias.
Por otro lado, cuando son trabajadoras de un sector formal, estudios señalan que las mujeres perciben tan solo el 55% del ingreso promedio de hombres, por el mismo tipo de empleo. Pese a ello, en los últimos dos años, se ha podido observar que esta disparidad está disminuyendo.
Esta evolución podría responder a las buenas prácticas de responsabilidad social empresarial que están siendo gradualmente introducidas en el sector privado a lo largo de toda América Latina, en un intento por estimular la productividad y la motivación de los trabajadores y de reducir los niveles de rotación. En este sentido, las empresas están implementando políticas que equilibren la vida familiar y laboral, programas para el desarrollo personal de los empleados y prácticas de equidad de género.
Asimismo, la implementación de los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, herramienta desarrollada por ONU Mujeres y el Pacto Global de las Naciones Unidas, está siendo implementada en nuestra región, incorporando la igualdad de género en el marco de la sostenibilidad corporativa, siendo este un paso más allá de la RSE. Se ha demostrado que la igualdad de género en el ámbito laboral incrementa la productividad, además de estar dentro de un marco ético, tiene un impacto positivo para los negocios.
Para cualquier empresa lograr la equidad de género es favorable para un tema de imagen, reputación, y consecuentemente para su habilidad y capacidad de competir y tener éxito. Pero trabajar por la implementación de la equidad de género es algo que nos compete a la sociedad en su conjunto.
