El estudio sobre los fondos de inversión en empresas en Bolivia, es un valioso aporte para entender la evolución del tejido de actores involucrados con la inversión en empresas en el país. Además de identificar sus problemas y oportunidades.

La Fundación Innovación en Empresariado Social (IES) es una institución privada sin fines de lucro que, a partir de la experiencia de más de 12 años como Programa de la Fundación PRODEM, nace como institución independiente en enero de 2010, encabezada por Juan Carlos Iturri, director ejecutivo de la Fundación IES.

IES tiene la convicción de que para lograr prosperidad generalizada y reducir la pobreza, se deben incrementar los ingresos de la población. Entiende que la forma de generar valor en la sociedad bajo este paradigma es a través de más y mejores empresas dinámicas de impacto. La Fundación IES aporta conocimiento, experiencia, redes y profesionales, trabajando en el desarrollo del ecosistema empresarial y promoviendo el acceso de empresas al financiamiento y conocimiento adecuados para su crecimiento.

La Fundación IES desde el 2010 ha probado diferentes formas de Inversión de Impacto. Después de cinco años de haber publicado el primer estudio sobre Fondos de Inversión en Bolivia, IES convocó a nuevos actores para evaluar el estado de situación y los avances del tema.

El objetivo de este estudio fue que se convirtiera en la semilla a partir de la cual se puedan realizar acciones concretas para avanzar y desarrollar el ecosistema de Inversión de Impacto.

Contaron con el apoyo de otras instituciones, la Embajada de Canadá en Bolivia, la Fundación para la Producción (FUNDA-PRO) y la Fundación Solidaridad y Desarrollo Productivo Sostenible (SOLYDES) para financiar el proyecto como para participar de las encuestas y entrevistas. Es así que el pasado 6 de abril, en el auditorio de la Universidad Privada Boliviana (UPB) de la ciudad de La Paz, se realizó la presentación del estudio “Fondos de Inversión de Impacto en Bolivia. Caracterización y Perspectivas”.

La inversión de impacto, es un fenómeno global que se ha posicionado a nivel mundial en la agenda de desarrollo social. Es el resultado de un cambio de paradigma que se ha dado en el mundo respecto del rol de las inversiones y el mercado de capitales: la necesidad de evaluar no solo el retorno de las inversiones, sino el propósito de las mismas.

En Bolivia, el vínculo entre el sector financiero y el desarrollo sostenible se hizo evidente hace más de dos décadas con la incursión del sector financiero en las microfinanzas, que fueron pioneras en utilizar herramientas financieras para atender problemas de desarrollo.

Sin embargo, la inversión de impacto es aún incipiente en el país, representa un desafío que abre una serie de oportunidades tanto en la creación de nuevos y diversos productos financieros y oportunidades de negocio, como en el impulso a nuevas formas de encarar el desarrollo sostenible.

Conclusiones del estudio demuestran que las limitaciones, necesidades y obstáculos que enfrentaban los Fondos de Inversión Cerrados (FIC) no han cambiado en los últimos cinco años.

El universo de empresas y emisores con que pueden trabajar los FIC sigue siendo limitado debido, fundamentalmente, a las exigencias de calificación de riesgo por parte de sus inversionistas principales, las AFP y la ASFI, lo que hace que pocas empresas puedan ser sujeto de financiamiento. Para ampliar el universo de empresas con las que trabajan, los FIC necesitan diseñar nuevos productos, estructurar fondos que combinen capital concesional con capital privado o contar con garantías del Gobierno u otras entidades que avalen sus inversiones. Sin embargo, cualquiera de estas alternativas puede ser viable solo si son debidamente aceptadas por la norma, lo cual a su vez demanda conocimiento, apertura y celeridad por parte del ente regulador.

Existe la necesidad de desarrollar productos financieros con capacidad de atender la demanda de capital de un amplio universo de empresas viables que actualmente no está siendo satisfecha por los FIC. Esto representa una oportunidad tanto para nuevas iniciativas de inversión, como para el accionar de los intermediarios sociales que son los que generan la oferta de servicios para impulsar las capacidades de los emprendedores.