Coca-Cola busca recuperar y reciclar al 2030, el equivalente al 100% de los empaques que coloca en el mercado; reducir el plástico PET virgen en un acumulado de 3 millones de TM a nivel mundial para 2025, con cero emisiones de carbono en 2050. En Bolivia, repone el 100% de agua que usa en la elaboración de sus productos y cuenta con uno de los mejores indicadores de retornabilidad en la región.
Una problemática global que requiere una suma de acciones para hacerle frente es la de aquellos residuos que se generan y no tienen un destino adecuado. Ante esta realidad, en el 2020 Coca-Cola se planteó el objetivo de reducir el uso de plástico PET virgen en un acumulado de 3 millones de toneladas métricas a nivel mundial para 2025.
Asimismo, en 2018 Coca-Cola anunció su compromiso global denominado “Un Mundo sin Residuos” que busca recuperar y reciclar al 2030, el equivalente al 100% de los empaques que coloca en el mercado, generando alianzas con sectores públicos, privados y sociedad civil, para promover la economía circular.
Cada ciudadano genera por término medio 1 kg de residuos sólidos al día. Esta situación llama a las compañías a modificar el modo de relacionarse con el medio ambiente y hace que sea cada vez más importante promover y generar hábitos que permitan que el reciclaje se fortalezca en la sociedad como un hábito que pueda iniciar desde los hogares.
“Como compañía entendemos que parte de los envases que producimos terminan en el lugar equivocado. Por eso, en línea con el compromiso asumido, estamos trabajando, de forma colaborativa y asociativa, a través de diferentes iniciativas y en conjunto con actores de la cadena del reciclaje, para lograr un cambio positivo el mundo y construir un futuro más sustentable para nuestro planeta”, señala Paola Calorio, Gerente de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de Coca-Cola Bolivia, Chile y Paraguay.
“Hace más de un año que vivimos un contexto mundial en el que aprendimos la importancia de tomar medidas enfocadas sobre todo en los cuidados sanitarios. Esas prácticas fueron necesariamente implementadas en el hogar, lugar donde nacen los hábitos que pueden transformar de manera positiva el cuidado de la salud de las personas y del planeta en que habitamos”, comenta.
“El empaque tiene un vínculo estrecho con el clima, y por eso en 2020 nuestra compañía redefinió sus objetivos con la visión de tener cero emisiones de carbono para 2050. Para lograrlo, se ha propuesto reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en un 25% respecto de 2015, y está impulsando también el progreso en prioridades como el agua y la construcción de comunidades resilientes”, informa la ejecutiva.
Estrategia de agua
Por otra parte, Coca-Cola ha desarrollado una estrategia de agua para 2030, de base científica y centrada en lograr la seguridad del agua donde opera y obtiene sus ingredientes. Al respecto, Paola Calorio comunica que la compañía mantendrá “una reposición del 100% de agua a nivel mundial, con enfoque en mejorar la salud de las cuencas hidrográficas en áreas con estrés hídrico y que respaldan nuestra cadena de suministro agrícola”.
“Desde 2010, nuestros programas de agua, saneamiento e higiene han llegado a más de 13,5 millones de personas en todo el mundo. En Bolivia alcanzamos la neutralidad en agua el 2019; es decir, repusimos el 100% de agua que usamos en la elaboración de nuestros productos”, destaca.
Retornabilidad y cultura ciudadana
En Bolivia, Coca-Cola cuenta con uno de los mejores indicadores de retornabilidad en la región, apostando a los envases retornables que representan un 55% sobre el volumen total de su portafolio, además de trabajar en la innovación para la reducción del plástico e incorporación de resina reciclada en sus envases.
“Bolivia produce diariamente alrededor de 5.400 toneladas de basura y procesa el 4%. Estamos seguros de que estas cifras irán mejorando gracias a iniciativas ciudadanas que ya comienzan a impulsar el reciclaje desde el lugar donde se encuentran, gracias también a los recicladores y las industrias que trabajan en el rubro y actualmente, cientos de familias dependen económicamente de esta actividad”, apunta Calorio.
En este marco, Coca-Cola diseñó acciones con el objetivo de incentivar y facilitar la separación de los materiales reciclables, como ser la instalación de 1000 contenedores Vital durante este 2021 en todo el país. Estos contenedores tienen un doble propósito: promover una cultura ciudadana de reciclaje y facilitar el trabajo de los recicladores.
“Creo firmemente que dignificar el trabajo histórico de los recicladores contribuye al desarrollo de sistemas de reciclaje inclusivos con sostenibilidad económica, social y ambiental en el país”, agrega Calorio, a tiempo de ponderar que todo este trabajo se realiza colaborando de forma asociativa con expertos internacionales, organizaciones regionales como la plataforma Latitud R, de la cual Coca- Cola forma parte, y con aliados locales como HELVETAS Swiss Intercooperation-Bolivia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Gobierno nacional y varios Gobiernos municipales.
“De esta manera buscamos fortalecer y mejorar las estrategias para una correcta gestión de los residuos con un enfoque inclusivo de los recicladores. Esta es la visión que nos mueve como compañía, liderando la participación colectiva esencial en nuestro camino hacia una economía circular, que apuesta por una producción y consumo sustentables, en la que podamos construir juntos un Mundo Sin Residuos”, concluye la Gerente de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de Coca-Cola Bolivia, Chile y Paraguay.