Desde su fundación, la empresa ha evolucionado desde una pequeña farmacia hasta convertirse en uno de los pilares de la industria farmacéutica nacional. A lo largo de los años, INTI no solo ha suministrado medicamentos de alta calidad, sino que también se ha consolidado como un excelente lugar para trabajar en Bolivia.
La firma nacional impulsada por Ernesto ‘papá’ Schilling, cumple 88 años. La empresa que ha visto pasar más de 35 presidentes de Bolivia celebra porque durante más de 8 décadas ha levantado la industria farmacéutica más grande del país, que representa y distribuye cerca de 1.300 productos, ha traspasado las fronteras de múltiples países con medicamentos de calidad como el Mentisan, el tónico INTI, entre otros, fabricados en la planta de producción más moderna del país.
La empresa genera 1.100 empleos directos, y provee de insumos para la salud a más de 5.000 farmacias distribuidas en los 9 departamentos del país. Es una empresa que se distingue por sus sólidos valores y su firme compromiso con la comunidad. Destacando entre sus iniciativas, se encuentra Valórate, un programa de gran impacto que refleja su dedicación al bienestar social y lucha contra la violencia hacia la mujer.
Sven Schilling, Gerente General e integrante de la cuarta generación familiar, agradece a cada uno de sus colaboradores por dar el cuarto de milla extra para lograr sus objetivos, por brindar un servicio especial a cada cliente y por cuidar la calidad de cada medicamento y producto que lleva INTI a las familias bolivianas. Cuatro colaboradores de la empresa que han recorrido varias décadas en INTI cuentan sus recuerdos y proyecciones a propósito del 88 aniversario:
Dr. Muñoz Reyes: “INTI invierte en tecnología y cuenta con licencias de fabricación de grandes empresas mundiales”
Su nombre aparece en diversos envases de los medicamentos. Tiene 72 años de los cuales 47 ha formado parte de Droguería INTI. Ha sido su primer y único empleo. Él ha diseñado, construido e implementado una planta moderna para la elaboración de sueros y ha trabajado de cerca con las cuatro generaciones de la familia Schilling. Se trata de Gonzalo Muñoz Reyes, gerente técnico en Droguería INTI graduado en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas de México como Químico Farmacéutico Industrial.
“El ambiente laboral en INTI siempre fue de mucho respeto. Internamente nos referimos como ‘la familia INTI’. Al inicio éramos pocos empleados, nos conocíamos entre todos y siempre hubo mucha disciplina y colaboración entre nosotros. He sido muy afortunado y considerado por la familia Schilling durante todos estos años donde me desarrolle profesionalmente en todos los campos de la fábrica”, comenta.
INTI, según narra Muñoz Reyes, invierte en tecnología y cuenta con licencias de fabricación de grandes empresas en el sector, gran parte de ellas alemanas como Merck, BBraun, Nordmark, Roemmers, Dr Mann, entre otras. “INTI seguirá invirtiendo en llevar salud a los hogares bolivianos. Veo una generación líder e innovadora al frente de la empresa que aportará mucho al país. INTI ha superado múltiples desafíos a lo largo de estos 88 años y sin duda, seguirá creciendo y fortaleciéndose a medida que pasen los años”, indicó.
Encinas: “En INTI lo primero que se aprende son los valores”
Hugo Encinas Guarachi empezó a trabajar en INTI a los 19 años. Durante 45 años ha pasado por múltiples cargos y desafíos hasta llegar a la función de jefe administrativo de Talento Humano.
Encinas recuerda su trayectoria en la empresa, como cuando pagaban sueldos en paquetes de billetes durante los años previos a la hiperinflación en los 80; en 2002 cuando se inundaron gran parte de las calles cercanas a la empresa o la guerra del gas, en 2003, donde redoblaron esfuerzos para seguir distribuyendo sueros y medicamentos; y el lamentable deceso de Christian Schilling, en 2021.
“Pese a grandes momentos difíciles INTI ha sabido reponerse para lograr ser los primeros. En la empresa se aprende el respeto. Para la familia Schilling primero han sido sus colaboradores y lo reflejaban con un buen trato en todas las áreas. Tenemos grandes profesionales en INTI que garantizan los mejores productos terminados para que la población se sienta segura de que consume un medicamento de alta calidad”, destaca.
¿Cómo ve a INTI en el futuro? Encinas respira y augura una empresa en crecimiento, que sigue esforzándose para ser los mejores, con profesionales dedicados en su área. “Cuando empezamos no éramos ni 200. Hoy somos más de 1100. Hay un legado del trabajo que debemos seguir transmitiendo y compartiendo. Yo me siento muy orgulloso de ser parte de la familia INTI”, concluye.
Palacios: “Cumplimos con las normas de seguridad y calidad en todo”
Mirtha Roxana Palacios lleva 38 años trabajando en diferentes áreas de INTI en Cochabamba. Actualmente es cajera en la oficina y antes de ingresar a la empresa trabajó en la banca. Ella recuerda que cuando empezó como secretaria en INTI el uniforme era un guardapolvo blanco y cuando ingresaban las personas le decían a ella y sus colegas “doctoritas”, creyendo que eran bioquímicas farmacéuticas.
“Siento una gran satisfacción de ser parte de Droguería INTI. Somos una empresa que cumple con las normas de calidad y seguridad. Tenemos un excelente ambiente de trabajo. Cuando ingresé éramos solo 19 personas y trabajábamos en un ambiente en alquiler; hoy somos más de 120 personas en Cochabamba y tenemos nuestras propias instalaciones”, arguye.
Palacios recuerda con nostalgia la etapa de la pandemia donde INTI puso a disposición sus productos para que los médicos puedan combatir la enfermedad. Narra que, gran parte del personal continuó trabajando bajo protocolos estrictos para cumplir con la demanda. “INTI va a seguir creciendo porque es una empresa comprometida con la salud. Constantemente va innovando y presentando productos que ayudan a combatir y prevenir enfermedades. Tenemos un importante mercado exterior que también conoce de la calidad de nuestros productos”, comenta.
Quelca: “Cuando ingresé a INTI me enseñaron y yo también quiero hacer lo mismo”
María Quelca Salazar tiene 61 años y lleva 38 trabajando en INTI en la planta ubicada en El Alto La Paz. Dice que su papá era pintor en la planta y él habló con una persona de INTI para que puedan darle una oportunidad en la empresa. Quelca recuerda que cuando ingresó uno de los ejecutivos de la familia Schilling le regaló un sueldo porque estaba pasando una necesidad económica. Actualmente ella apoya en el área de sueros, envasado y acondicionamiento de los productos.
“Cuando ingresé las personas de mi área se portaron muy bien y me enseñaron con paciencia todo lo que se debe hacer. Así también cuando vienen nuevas personas, yo igual hago lo mismo. Antes los infusores se fabricaban manualmente, se pesaban, se cerraban y se envasaban uno por uno. Ahora es más automático el proceso. INTI invierte bastante en nuevos equipos y en capacitación”, explica.
Quelca valora que internamente la empresa cuida su seguridad y la dotación de materiales para que cada proceso se realice de la mejor manera. “Yo le digo a mis colegas jóvenes que realmente valoren su trabajo y el esfuerzo que realizan los responsables para enseñarnos y delegarnos una tarea que influye en cada medicamento que llega a la población”.
Monasterio: “El compromiso de INTI con llevar salud al país es algo único para mí”
Con una trayectoria de casi tres décadas en INTI, Alfonso Monasterio Ardaya, coordinador en Santa Cruz, ha sido testigo y artífice del compromiso inquebrantable de la empresa con la salud de Bolivia. “Trabajar en INTI no solo ha sido un desafío estimulante, sino una oportunidad para contribuir a la noble causa de llevar bienestar a cada rincón de nuestro país”, relata con una sonrisa que refleja su orgullo y satisfacción.
Recuerda con cariño los días de viajes a provincias, donde la hospitalidad de un jefe médico les salvó de una noche sin alojamiento. “En un viaje no encontramos alojamiento y al enterarse el jefe Médico nos ofreció una habitación donde frecuentemente atendían a embarazadas. Ese gesto me enseñó el valor de la adaptabilidad y la humanidad”, narra.
El esfuerzo de INTI por ofrecer medicamentos de calidad es, para Monasterio, un reflejo del corazón de la empresa: un compromiso palpable con la vida y la dignidad humana. “Cada pastilla, cada tratamiento que llega a manos de quienes lo necesitan, lleva consigo una promesa de salud y esperanza”, afirma con convicción. Además, aplaude la postura firme de INTI contra la violencia de género y su dedicación a la sostenibilidad ambiental. “Somos una familia que crece en valores, donde la integridad y el respeto son el fundamento de cada acción”, señala.
En su 88 aniversario, Droguería INTI reafirma su compromiso con la excelencia, la comunidad y sus trabajadores, quienes son el motor que impulsa el crecimiento y la superación de desafíos. Este hito es un recordatorio del legado de Droguería INTI, el esfuerzo continuo y su determinación para conseguir logros significativos y dejar una huella en la historia, preservando la salud y la vida de la población en Bolivia.