Claudia Cecilia, la primera chofer de Coca-Cola en América Latina

En sus manos las dificultades se convierten en una oportunidad: identificó fallas en el servicio que daban sus conductores y decidió tomar el volante por sí misma, desde entonces no ha dejado de manejar su camión, el esfuerzo de su trabajo le ha permitido ser dueña de dos camiones más. Está orgullosa de desempeñar una labor que antes sólo la hacían los varones.

 

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Claudia Cecilia Pozo conduce su camión desde 2014 en la ciudad de Santa Cruz. Al principio prestaba sus servicios de reparto de productos de Coca-Cola con la ayuda de un chofer, que en poco tiempo fue reemplazo por otros varios, pues ninguno demostró compromiso con su trabajo, no llevaban las cuentas correctamente y eran impuntuales.

La respuesta de Claudia Cecilia a estas falencias fue radical, decidió tomar personalmente el volante de su camión y de esa manera dio el giro más importante de su vida. Tramitó rápidamente su licencia de conducir y se puso al mando de un camión de ocho palets. Con el apoyo de un ayudante, comenzó a repartir entre los clientes los productos de Coca-Cola. Desde entonces no dejó de conducir el camión y como resultado de su trabajo, nueve años después, es dueña de dos camiones más.

Claudia Cecilia es una mujer dedicada y agradecida con la empresa que le dio la oportunidad de progresar. En 2017, cuando sus jefes vieron su empeño y dedicación, hablaron con ella haciéndole la propuesta de sacar otro camión a crédito y se comprometieron a darle una ruta de reparto para que ella pudiera tener dos camiones a su cargo. “La ciudad estaba creciendo y la empresa necesitaba camiones más grandes para llevar más productos”, recuerda la conductora al contar orgullosa que cambió el camión que manejaba en los inicios por el que tiene ahora. Este, ahora es de diez palets, cuenta con aire acondicionado, una radio moderna, GPS y asientos más confortables, es tan grande que necesita subir tres escalones para lograr llegar al asiento. Risueña comenta que mientras más grande sea el camión, más carga puede llevar; y, por lo tanto, recibe mayor ingreso.

Nació el 6 de abril de 1983, es la primera mujer chofer de Coca-Cola a nivel Latinoamérica, es licenciada en Administración de Empresas y también mamá. Tiene tres hijos hombres, el mayor con 18 años estudia Ingeniería Comercial, mientras que sus otros dos hijos aún están en secundaria con 13 y 15 años. Habla de estos detalles de su vida mientras maneja su camión y avanza orgullosa por las calles de Santa Cruz, se siente satisfecha al darse cuenta que sus hijos se volvieron independientes en el momento que ella empezó a trabajar y se convirtieron en su apoyo permanente.

Claudia Cecilia se graduó de la Universidad Gabriel René Moreno a sus 22 años, se destacó como buena alumna y su experiencia en el mercado laboral la motivó a pensar en tener su propio emprendimiento. Junto a su esposo decidieron sacar un crédito bancario para comprar un camión ya que el banco les habilitó esta posibilidad porque con su crédito de vivienda lograron tener un buen historial ya que eran puntuales con el pago de las cuotas.

Para ella fue todo un desafío, sin embargo, su visión le ayudó a superar cada obstáculo, empezando por perder el miedo al volante, ya que siempre condujo por su barrio y no tenía necesidad de ir más allá. Sin embargo, se adaptó al vehículo pesado y ahora estar al volante es su actividad favorita.

Claudia se levanta a las cinco y media de la mañana, una hora después debe estar en la empresa para cargar el camión y luego seguir la ruta de entrega que le asignen. Los horarios varían: a veces salen del trabajo a las tres de la tarde, como también en algunas ocasiones le ha tocado salir a las once de la noche.

 “Me siento orgullosa de no haberle tenido miedo a este trabajo y de formar parte de una empresa tan prestigiosa como Coca-Cola”, manifiesta feliz y explica que el mayor regalo que le ha dado su trabajo es la oportunidad de conocer cada calle de Santa Cruz de la Sierra, además de la oportunidad de crecimiento personal y económico. Tuvo la posibilidad de invertir y con valentía se arriesgó. Los primeros tres años en la empresa, logró juntar el suficiente dinero para comprar otro camión y después de tres años compró el que tiene ahora. De esa forma, ahora mismo cuenta con un camión de ocho palets, y dos de diez palets.

“Aprendí a creer en mí misma y pude lograr más de lo que soñé alguna vez, estoy orgullosa por haberme arriesgado y hacer un trabajo que antes en la empresa sólo lo hacían los varones”, expresa con serenidad y con una sonrisa. Mientras conversa no quita su atención del volante ni de la carretera.

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