Fundación Pro Mujer IFD ha logrado, gracias a la interconexión entre varios robots que funcionan como uno, aumentar la eficiencia operativa y en tiempos, además de la disminución de su huella de carbono.

Un robot opera en procesos de conciliación de servicios auxiliares en oficinas de Fundación Pro Mujer IFD. Gracias a él, disminuyeron horas de trabajo y costos operativos, uso de papel y otros procesos; por ejemplo, los 25 minutos que antes eran invertidos por cada cajero de las agencias, en la conciliación de servicios auxiliares, pasaron a ser sólo dos; y cada funcionario que antes usaba 11 hojas ahora gasta solo dos, lo que permitirá dejar de utilizar 15.120 hojas por mes.

“Esta innovación tiene un impacto realmente importante en nuestros procesos. Permite que nuestros colaboradores inviertan su tiempo en actividades de mayor relevancia y que los tiempos para otorgar créditos y realizar otros procedimientos sean agilizados y eficientes, lo cual repercute en un servicio empático con las necesidades y actividades de nuestras clientas y nuestros clientes”, destaca Cecilia Gumucio, gerente de Operaciones y Transformación Digital de la Fundación Pro Mujer IFD.

La ejecutiva resaltó que esta nueva tecnología fue desarrollada a pesar de los momentos difíciles que aún se vive debido a la pandemia y en un momento en que la crisis económica desanima las inversiones. “Es una muestra de la resiliencia de Fundación Pro Mujer y su ímpetu por respaldar la reactivación económica de bolivianas y bolivianos”. La innovación obtuvo este jueves 4 de noviembre el Reconocimiento a la Resiliencia, otorgado por la Cámara Nacional de Industrias y la Unión Europea, de la mano de dos medios de comunicación bolivianos especializados en Responsabilidad Social Empresarial.

El robot también ayuda a incrementar la eficiencia en la elaboración de reportes de contabilidad. Con ello se disminuyó horas, costos y re trabajos, pues la actividad era efectuada antes por tres colaboradores en cuatro horas, mientras que ahora se hace de manera automática en dos. Además, el robot hace posible la identificación temprana y ágil de partidas pendientes y diferenciadas para la oportuna gestión. Esto logrará 250 mil conciliaciones por año sin intervención humana, cero fallas y menor costo operativo; aparte de 12.000 reportes finales de conciliación e impacto ecológico positivo por el menor uso de papel.

Otra función de esta innovación tecnológica, que está revolucionando la forma de hacer las cosas en la entidad líder en Bolivia en microfinanzas con enfoque de género, es automatizar el proceso de consulta a burós y reducir los tiempos del procedimiento crediticio. Esta actividad antes era hecha por asesores de crédito u operativos en 30 a 40 minutos, por cada banca compuesta de 8 a 10 clientes. Ahora, es posible de manera automática en 10 minutos.

El robot también logra más eficiencia en la revisión y la ejecución de las retenciones judiciales mandadas por la autoridad competente. Esta acción antes implicaba entrar a la ventanilla virtual, descargar las notas (en PDF), leer una a una y buscar en el sistema si la persona nombrada en la circular era cliente de la entidad. De ser así, se procedía a la retención en el sistema y la emisión de carta de notificación.

Empero, ahora la descarga de las circulares es automática, las imágenes son convertidas en datos y se busca si es o no cliente de forma instantánea. Así se redujo el trabajo manual y se brinda ayuda a los analistas en la búsqueda y seguimiento de las cartas de respuesta una vez realizada la retención. Este trabajo ahora en Fundación Pro Mujer IFD puede ser realizado por tres analistas, mientras que en otras entidades se necesita hasta 10 personas.

“A la mayor eficiencia en los procesos se suma un impacto positivo en cuanto a la huella de carbono. Alcanzaremos una reducción significativa de uso de papel, en apego a nuestra misión y nuestros compromisos con el medioambiente”, añadió Gumucio.